Elvis es una película extraordinaria, no es precisamente una cinta biográfica, más bien es un relato de la visión del Coronel Parker en torno a la sociedad comercial de más de 20 años con el nacido en Memphis.
Es un trabajo espléndido, la ambientación es detallada, el guión es muy bueno aunque los saltos en el tiempo apelan al conocimiento del espectador, es claro que la cinta requiere de la audiencia, conocimiento de la cultuta musical del vecino país del norte.
Elvis y Parker, quienes cambiaron el paradigma socuo cultural americano, evivieron para este trabajo en las figuras de Austin Butler y Tom Hanks, las actuaciones son inspiradoras, magistrales.
Pero en esta película, como pocas veces, la música tiene un papel protagónico, se convierte en un tercer actor.
La producción, mezcla y edición musical es un trabajo pocas veces escuchado en una cinta dedicada a la música.
Se siente que el director Baz Luhrman (Moulin Rouge!, The Great Gastby), conoce a fondo la vida del Rey del Rock y en su contexto podemos ver a figuras tan importantes de la música estadounidense como B.B. King, Little Richard y Big Mamá Thornton.
Elvis es una de esas películas que se convierten en clásicos instantáneos, una cita que trascender, al igual que el único Elvis Presley.
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